El 3 de junio de 2017 una noticia conmocionó al mundo entero: se había producido un atentado yihadista en el puente de Londres.
Entre el caos de noticas que llegaban a España, supimos que un joven español, Ignacio Echeverría, vecino de nuestro municipio de Las Rozas, había perdido la vida en aquel atentado terrorista. Esta noticia, que desde el principio conmocionó a la sociedad española, pronto se convirtió en una profunda admiración hacia la persona de Ignacio a medida que llegaban los detalles. Se había enfrentado a los tres terroristas que atacaban a una joven, usando su monopatín como arma y escudo. Murió de una puñalada en la espalda. Dio su vida para salvar la de una desconocida.
Su gesto traspaso fronteras y tocó nuestros corazones. Se le empezó a llamar el “héroe del monopatín”. Ignacio representaba todo aquello que admiramos en los demás, y que nos cuesta encontrar en nosotros mismos: valentía, generosidad, empatía, altruismo, solidaridad…valores que nuestra sociedad necesita, y más en un momento actual de conflicto mundial como el que estamos viviendo ahora. Necesitamos más héroes anónimos para seguir confiando en la humanidad, para seguir luchando contra el terror.
Buceo en las noticias que van llegando del conflicto armado en Ucrania, buscando la historia de algún otro héroe anónimo, de alguien que arriesga su vida por salvar la de un desconocido, por ayudar a otra persona en peligro, porque eso me hace sentirme mejor. Y encuentro muchas. Me hace pensar que existe solución para la sociedad egoísta y algunas veces cruel en la que vivimos. Mientras existan estos héroes anónimos, habrá esperanza.
Se ha creado un emotivo musical “Skate Hero”, inspirado en la vida y en las últimas horas de Ignacio Echeverría, a partir del libro testimonio de su padre Joaquín.